por Monge-Najera, J, Xianguang Hou (1999).
En el comienzo los autores mencionan las situaciones las cuales a pesar de estudiarse el tema, muy pocos biólogos han tenido la experiencia de ver un onicóforo vivo, mencionándose así el habitad natural. El artículo busca resumir la gran cantidad de avances en el conocimiento de los onicóforos, conocimiento el cual no aparece en los libros iberoamericanos, textos que suelen ser cortados y así perdiendo gran cantidad de información relevante sobre estos animales.
Reciben en los textos el nombre de “gusanos aterciopelados” actualmente se conocen cerca de 130 especies agrupadas en dos familias, la “sureña” y la tropical, estos animales viven en lugares húmedos y oscuros, principalmente bajo hojarasca, dentro de micro cavernas del suelo y bajo piedras, troncos podridos y bromelias, a menudo a pocos metros de algún cauce de agua, en el artículo se cita a Najera el cual menciona que estos pueden cambiar de madriguera cada 30 horas y se ocultan del sol en 3 minutos y evitan la luz de 470 a 600 nanómetros. Además cabe mencionar que sus características con anélidos y con artrópodos como Sawyer, (1984) lo habrá mencionado, así como su alimentación es debidamente mencionada consultando a Najera. (1994).
Los primeros onicóforos.
En cuanto a la relación de las primeras especies se menciona que fueron marinas, y su habitad estaba fuera de las comunidades ecológicas actuales, la cual se describe en el manuscrito de desarrollo de Hou y Nájera. Cabe destacar que los onicóforos primitivos estuvieron cercanamente emparentados con gusanos poliquetos, para lo cual es dicho que estos son fundamentalmente poliquetos con patas más duras y móviles que el resto de los poliquetos.
También en lo largo del texto se puede encontrar información sobre el habitad de los primeros onicóforos la cual fue en las costas tropicales de Canadá, china y otros lugares, en conjunto con información sobre sus características como lo es que tenían patas anilladas y largas a comparación con las especies actuales, además de que estos contaban
con una armadura de placas frecuentemente espinosas, las cuales eran usadas para su protección, entre otras características importantes.
Durante el escrito se menciona sobra la especie Helenodora, la cual tenía apariencia de un onicóforo moderno, y se menciona sobre la información desconocida sobre su habitad la cual podría haber sido terrestre o marina.
Para terminar el artículo se hace mención sobre la información engañosa que se puede encontrar dado que el 90% de las especies de onicóforos jamás han sido estudiadas en vida.
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